Frutas y vino, parejas y maridaje para un postre goloso
Los vinos jovenes, ricos en aromas frutales, son perfectos para cocinar fruta fresca, al producirse un trasvase de sabores y aromas. La cuestión es dar con la pareja adecuada.
El tinto con sus aromas frescos a frutas maduras es muy adecuado para cocer peras, melocotones, higos, así como para preparar toda clase de compotas. Sus aromas a finas especias casan estupendamente con la canela, siempre presente en estos preparados. También se utiliza en la maceración, por ejemplo, de fresas. Aquí su efecto antihistamínico atenuará la reacción del posible alérgico.
El cava suele añadirse a muchos helados y postres fríos.
El vino blanco semidulce hace buena pareja con el melón o la sandía, siempre que se sirva muy frío y que la preparación permita la fusión de los azúcares y agua de la fruta y el vino.
El jerez dulce es un magnífico acompañante de la manzana asada y al igual que el oporto, su presencia da un punto de sofisticación a las recetas más sencillas. Y en la repostería, el anís y los licores conforman la personalidad última de multitud de preparados