Zonas vinícolas de España
El viñedo manchego: el nuevo dorado
En la Mancha, con el mayor viñedo del mundo confluyen distintas formas de concebir el mercado del vino. Cooperativas con producciones millonarias, bodegas afamadas procedentes de otras zonas, enologos-consultores de prestigio, vinos de pago, producción ecológica ... La apuesta de todos ellos, lograr el gran vino manchego y reconocimiento internacional.
Más de la mitad del vino elaborado en España sale del viñedo manchego, la región vinícola más extensa del mundo.
A medio camino entre Madrid y Andalucía y situado al sur de la meseta castellana, recorre las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo.
En esta tierra extensa, llana y seca, cuyo contrapunto son los humedales manchegos, el monte bajo y la sierra de Alcaraz, confluyen distintas formas de concebir el mercado del vino. Cooperativas con producciones millonarias, bodegas afamadas procedentes de otras zonas, enólogos-consultores de prestigio, vinos de pago, producción ecológica ... La apuesta de todos ellos, lograr el gran vino manchego y reconocimiento internacional.
A mediados del pasado mes de abril, el australiano Robert Smart, profesor de viticultura y consultor de bodegas en más de veinte países, estuvo en Madrid invitado por la Fundación para la Cultura del Vino y a la pregunta de si La Mancha, le parecía el paraíso, declaró : Es fantástica. Tiene un futuro brillante y supondrá un reto para el nuevo mundo.
La Mancha ha sido durante años la despensa de los vinos a granel. El potencial de la región para producir vinos de calidad era conocido por las bodegas de otras zonas que acudían a proveerse de graneles para sus vinos de mesa. En estos últimos 15 años, toda España ha sufrido una transformación en la forma de cuidar el viñedo y de elaborar vino y Castilla La Mancha no ha sido ajena a este cambio.
Además, en estos años, su viñedo ha sido renovado. Con el apoyo de la Unión Europea y de la Admistración, se han arrancado cepas de uva blanca que eran mayoritarias y se han plantado uvas tintas, para satisfacer la demanda creciente de vino tinto.
Producciones millonarias
Pero lo de ofrecer calidad en grandes cantidades y a precios asequibles, es algo que se viene haciendo desde hace tiempo. Posiblemente, es en la zona de Ciudad Real, donde esto se refleja mejor.
Vínicola de Castilla produce un total de 12.000.000 de botellas. Fue fundada por Rumasa en 1976 y entre los muchos vinos de esta moderna e informatizada bodega situada en Manzanares (Ciudad Real) destacan un joven de maceración carbónica, Castillo de Alhambra (unas 300.000 botellas) y un reserva, Señorío de Guadianeja. También en Ciudad Real, se encuentra Vinícola de Tomelloso, es la gran cooperativa con una producción de 1.200.000 botellas. Sus marcas más conocidas Torre de Gazate y Añil.
El tinto crianza Allozo, de Bodegas Centro Españolas, es otro superventas, -500.000 botellas-, en donde año tras año se cuida la calidad y se ajusta el precio. Casa de la Viña es otra de las bodegas concebidas para producir en masa y no defraudar al consumidor. Pertenece al grupo Domecq Bodegas, con bodegas en más de 9 denominaciones de origen, entre éstas, Bodegas Juan Alcorta e Ysios en La Rioja.
Todos estos vinos, elaborados mayoritariamente con tempranillo, están en una horquilla de precio entre los 3 y 6 euros y representan un estilo de vino que reúne todas las condiciones para ser consumido a diario.
La llegada de bodegas afamadas procedentes de otras zonas
En 1999, llega a Campo de Criptana (Ciudad Real) el archiconocido bodeguero de Ribera del Duero, Alejandro Fernández, (el de los Pesquera), es de los primeros que acude buscando ese gran potencial de La Mancha, aún por explotar, en opinión de los expertos. Su vino, El Vínculo, -200.000 botellas-, un 100% tempranillo, ligeramente por encima de los 12 euros, se convierte desde su primera añada en un referente de lo que se puede hacer en esta zona.
Por su parte, el enólogo Gonzalo Rodríguez, director técnico de Barón de Ley y asesor de bodegas como Fernando Remírez de Ganuza o Viñedos Solabal, pone en marcha en el 2000 la bodega Más Que Vinos junto con su esposa Margarita Madrigal y la enóloga alemana Alejandra Schmedes. Sus vinos Ercavio Roble, un 100% tempranillo y La Plazuela fueron una de las sorpresas de La Mancha. En el 2000 también se creó Bodegas del Muni, con una línea de vinos muy acertada.
Otros bodegueros riojanos no tardan en instalarse, entre ellos se encuentra Martínez Bujanda. La finca escogida se halla en Cuenca, situada a más de 800 metros de altitud, con algo más de 400 hectáreas de viñedo donde se ha plantado tempranillo, cabernet sauvignon y merlot. Sus tintos Finca Antigua con precios tanto el crianza como el barrica inferiores a los 6 euros pretenden también ser un punto de referencia de los vinos de calidad en La Mancha.
Pero, en la provincia de Cuenca hay una fuerte competencia. Están los vinos de la bodega Fontana, con su Fontal, -300.000 botellas- y su Quercus , al margen de la DO La Mancha y de producción muy limitada. Casa Gualda, de la ejemplar cooperativa Nuestra Señora de la Cabeza, auténtico vino de guarda; el tinto joven Veronés, de Santa Rita, un campeón en ganar premios tanto nacionales como internacionales; Finca la Estacada; los vinos Calzadilla de Uribes Madero fundador de Grandes Pagos de Castilla, que pasa a denominarse en el 2003 Grandes Pagos de España.
Vinos de Pago y Grandes Fincas
Pertenecen a esta asociación sin ánimo de lucro 18 bodegas de distintas zonas de España. Se distinguen por elaborar vino con las uvas de su único viñedo. (Hay otras muchas bodegas en España, que sólo elaboran vino de sus propios viñedos y no pertenecen a esta asociación).
Las bodegas en cuestión de Castilla La Mancha son Dehesa del Carrizal, Manuel Manzaneque, Pago de Vallegarcía, Finca Sandoval y Uribes Madero.
Las tres primeras pertenecen a importantes empresarios. Dehesa del Carrizal es propiedad de Marcial Gómez Sequeira, aunque la cara de la bodega sea el enólogo Ignacio de Miguel; Pago de Vallegarcía pertenece a Alfonso Cortina; Manuel Manzaneque es conocido empresario del mundo del teatro; detrás de Finca Sandoval, se encuentran entre otros, el periodista y crítico gastronómico Víctor de la Serna.
Varias de ellas han sido y son asesoradas por Smart, el consultor australiano. En estas fincas, el viñedo no es de secano, -el 95% lo es en la DO La Mancha-, es un viñedo de alta tecnología en el que se siguen al pie de la letra las teorías de Smart y su método de irrigación controlada para obtener una uva de excelente calidad y las plantaciones son básicamente de uvas extranjeras. Es decir, hay poca cencibel o tempranillo y mucha cabernet sauvignon, syrah, merlot, chardonnay, voignier.
Smart que acaba de plantar tempranillo en Tasmania, considera que la delimitación de varietales o producción que exigen las denominaciones de origen son un freno para el crecimiento del mercado del vino en Europa.
Entre los clientes de Smart, también se encuentra Carlos Falcó, Marqués de Griñón, que ha conseguido convertir su finca en Denominación de Origen Pago Dominio de Valdepusa. En ella se elaboran monovarietales (syrah, petit verdot, cabernet sauvignon) que alcanzan siempre, tanto en España como en el extranjero, excelentes puntuaciones.
Muy cerca de la finca Dominio de Valdepusa, el Grupo Osborne ha puesto en marcha su filial Osborne Malpica, (Toledo) donde ha plantado casi 400 hectáreas de viñedo, principalmente de cabernet sauvignon y algo de tempranillo, en un proyecto que supera los 50 millones de euros. Aquí se elabora el vino archianunciado en televisión, Solaz y Dominio de Malpica.
En la provincia de Toledo, el presidente de la empresa constructora Entrecanales, asesorado por el enólogo Miguel Angel de Gregorio, creador de los vinos Allende, Aurus y Calvario en La Rioja, también ha decidido comercializar sus vinos elaborados en su finca a partir de variedades francesas bajo la marca Arrayán.
Para lo grande que es La Mancha, la producción ecológica es escasa y apenas tiene repercusión mediática. Cierto es, que por promedio, el 80% de la producción se destina al extranjero, en donde este tipo de vinos son valorados de una forma especial. Dos bodegas, Dionisios, que ganó una medalla en el Biofach, y Bruno Ruiz.
Estilo manchego
Al principio de este reportaje, decíamos que la apuesta de todos ellos y de los que vengan, es lograr el gran vino manchego y reconocimiento internacional.
Lo segundo parece que es más fácil que lo primero. En primer lugar, porque ya se ha conseguido. Más difícil parece lograr el gran vino manchego, un vino que define un estilo, una forma de trabajar, propia de esta zona.
Puede que el problema esté en su dimensión, -es el mayor viñedo del mundo-, y aquí caben como hemos visto muchas formas y muy distintas de concebir el mundo y el mercado del vino.